viernes, 8 de octubre de 2010

Obedientes y Rebeldes


          En una sociedad en la que cada quien pudiera hacer lo que quisiera, seria un verdadero caos, por lo que se habla de que se necesitan conflictos para tener progreso, pero no se pueden llevar a tanto.

          Los seres humanos transforman e inventan las distintas sociedades, hacen distintos experimentos organizativos nunca antes intentados. No se limitan a hacer los gestos de los demás y a obedecer las normas de grupo impuestas. Llegado el caso los seres humanos se rebelan, se sublevan contra una sociedad. Pero no se rebelan contra la sociedad, sino contra una sociedad determinada, igual que no se desobedece a alguien porque no se quiere obedecer a nadie. Se requieren unas razones. Según siempre ha habido cambios en las sociedades para tratar de mejorarlas. Siempre hay razones para obedecer y razones para desobedecer y sublevarse, porque la política no es más que el conjunto de razones para obedecer y de las razones para sublevarse. Los anarquistas piensan que es mejor que nadie mandase. Todo el mundo debería actuar de acuerdo a su propia conciencia, sin reconocer ningún tipo de autoridad, ya que son estas las que producen los conflictos que estallan en las diferentes sociedades. Los hombres tienen una tendencia espontánea a la cooperación, a la solidaridad y al apoyo mutuo, pero este se ve afectado por las jerarquías sociales, las que producen los enfrentamientos y enloquecen a los individuos. Es por esto que los anarquistas piensan en que, para que los individuos de una sociedad estén bien, nadie debería mandar, porque así cada cual se portaría obediente, obedeciendo a la bondad de la naturaleza humana.

          Una sociedad sin política seria una sociedad sin conflictos, según los anarquistas. El conflicto es el choque de intereses entre los individuos, porque todos desean ser muy parecidos, y es algo inseparable de la vida en compañía de otros, y mientras más seamos, más conflictos pueden llegar a plantearse, y eso es a causa de que somos muy sociables.

          Sin embargo, el conflicto entre intereses, cualquier conflicto o enfrentamiento, no es malo siempre. Los conflictos también son buenos y beneficiosos para la sociedad porque así surge la posibilidad de seguir inventando y poder progresar, dejando de lado el estancamiento. La única forma de asegurar que cada cual tiene personalidad propia, es que de vez en cuando nos enfrentemos y compitamos unos con otros, demostrando así que no todos somos iguales. De modo que en la sociedad, tienen que darse conflictos unos con otros porque en ella viven individuos diversos, con sus propias iniciativas y convicciones. A fin de cuentas, tenemos conflictos porque los demás nos preocupan, nos preocupa nuestra relación con ellos, los valores que compartimos, la opinión que tiene de nosotros, lo que nos dan y no que nos quitan.

          Por lo tanto, no es la política la que provoca los conflictos malos o buenos, ya que estos nos acompañan necesariamente en la vida en sociedad, por lo que, la política se ocupa de atajar ciertos conflictos, impidiendo que crezcan hasta destruir el grupo social.

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