lunes, 18 de octubre de 2010

Hasta aquí podríamos llegar

Fernando Savater  comienza con su despedida mencionándonos que en  la juventud actual hay de todo: existen los rebeldes, pero también están los que sostienen con su esfuerzo a toda una familia. La primera obligación de los jóvenes, adultos  y ancianos  es aprender. No se puede generalizar diciendo que todos los jóvenes son irresponsables y violentos, o que todos son unos santos ya que como todo en la vida, los hay buenos y hay malos, los hay rebeldes mimados, y respetuosos responsables.

Pero hay que resaltar que los jóvenes responsables saben que no viven en una utopía (un lugar que no existe)  pero al igual que todos les gustaría vivir en ella, mientras los irresponsables creen que todo es color de rosa, cuando en realidad no es así.

En la política la ¨ libertad dificulta la igualdad, la  justicia aumenta en control y la coacción, la prosperidad industrial deteriora el medio ambiente, las garantías jurídicas permiten a ciertos delincuentes escapar a su castigo, la educación general obligatoria puede facilitar la propaganda ideológica estatal, etc. ¨ ninguna ventaja es absolutamente ventajosa. Una utopía es un orden político en el que predominaría al máximo alguno de nuestros ideales (justicia, igualdad, libertad…), pero sin desventajas ni contrapartidas dañinas. Utopía es una realidad irreal.

Por esto  se menciona aquí  que los jóvenes debiesen  adentrarse a ideales políticos; Los ideales políticos nunca son absolutos porque han de convivir unos con otros y cada cual tiene sus contraindicaciones. Los ideales políticos nunca intentan  mejorar la condición humana sino la sociedad humana.

                Los ideales políticos son progresivos, pero siempre han de ser racionales. Estos abren el intelecto y la realidad mientras que las utopías te encierran en pensamientos positivos que nunca serán posibles para una sociedad. Algunas veces, personas alcanzan parte de su utopía (como los líderes políticos que consiguen todo corruptamente haciendo que el resto de la sociedad viva en desgracia). Ya ves que para la sociedad nunca existirá una utopía.

Por lo demás Fernando Savater dice que  es mejor conocer el pasado, ocuparse mucho del presente y solo un poco del futuro.
“Por favor, deja que el futuro siga todavía durmiendo como merece. Ya que si uno lo despierta antes de tiempo, tiene entonces un presente dormido”







domingo, 17 de octubre de 2010

Cómo hacer Guerra a La Guerra


En este capítulo se habla de que la guerra ha sido odiosa pero inseparable de las sociedades humanas. Se le ha tenido a veces como una ocasión gloriosa y magnífica, pero también como una tragedia y una fuente de dolor.

La guerra es “buena”  desde un punto de vista colectivo: Sirve para afirmar y potenciar los grupos humanos, para disciplinarlos, para fomentar los sentimientos de pertenencia incondicional de sus miembros, para reforzar en todos los campos la importancia de lo público y para aumentar su extensión o influencia colectiva.

La guerra es “mala” porque pone en peligro las vidas, carga de esfuerzos y dolores, le separa de sus seres queridos o mata, le obliga entregarse en cuerpo y alma a la colectividad.

El poeta John Donne señaló que nadie duerme en el carro que le lleva al patíbulo, del mismo modo podríamos asegurar que en tiempo de guerra hay menos ocasiones de bostezar, es decir, de aburrimiento y la rutina de lo cotidiano.

Sin embargo, las sociedades se han ido haciendo más individualistas, la guerra ha ido perdiendo mucho su tradicional encanto. En países atrasados, poco informados, se sigue conservando cierto ardor bélico. En los países más desarrollados, desde que la clase obrera consolidó algunas conquistas, ya no hay ganas de revoluciones ni guerras civiles.

Actitud contra la guerra:
               
Pueden distinguirse dos tipos de adversarios de la guerra, es decir, de partidarios de lograr que los grupos humanos renuncien a resolver sus conflictos recurriendo al enfrentamiento armado.

El primero es de “antibelicistas”: Para ellos, nunca es justificable la guerra, porque siempre proviene de la codicia y del orgullo humano. La resistencia violenta y armada al mal es también una forma de mal, aunque pueda tener mejor disculpa que la disposición agresiva. Ningún valor social o político justifica quitar la vida al prójimo, por indeseable que este sea. Esta actitud es religiosa. Por eso, los primeros cristianos, que durante cierto lapso de tiempo fueron pacifistas en este sentido. Éstos rechazaban todas las instituciones públicas que tienen un fundamento próximo en la violencia legal en el lucro personal.

El segundo modelo es de “antimilitarista”: Es una actitud política que no considera la violencia armada como el mal absoluto sino como un mal indudable, muy grave pero no el único ni el peor de todos. La institucionalización militar de la violencia es una amenaza para las mejores posibilidades políticas de la modernidad, como el respeto a los derechos humanos, el fomento de la democracia y la educación, la ayuda económica, etc.., sin embargo, el antimilitarismo parte del principio siguiente: Ninguna institución política puede ser eficazmente abolida si no se la sustituye por otra institución más fuerte y en la práctica más satisfactoria.

Como el antimilitarismo no es un milenarismo religioso, no supongo que el triunfo de esta domesticación intergrupal hará reinar la felicidad en la Tierra, si no que seguirá habiendo injusticias, mentiras desastres y sin duda crímenes.

El hombre comete el error de pensar que solo él tiene la verdad y que esa verdad es absoluta. Hacerle la guerra a la guerra es una paradoja, sin embargo, lo deja de ser cuando se propone una lucha no con armas si no con ideologías válidas.










sábado, 16 de octubre de 2010

Las Riquezas De Este Mundo


           En realidad nosotros los seres humanos somos muy ricos, tomando como punto de referencia todos los animales, pero al compararse con sus pares, en ocasiones, algunos son más miserables que otros. ¿Pero cuál es la diferencia entre un hombre y un animal?, pues los animales tienen necedades que entender, como la alimentación, la protección, la procreación, y no se preocupan de tener casa o computador o tantas cosas materiales, ya que mas bien tienen  pocos caprichos y no fantasean nunca, a diferencia de los humanos, que no saben lo que necesitan, y se esmeran en conseguir la felicidad a través de lo material, ya que no saben en realidad lo que quieren. Los animales quieren porque viven, pero en cambio los humanos vivimos porque queremos.

Este vivir para querer ha traído muchas complicaciones a los humanos, y a estas le damos el nombre de cultura, y colocándonos mas modernos, civilización. En el siglo XVIII el filósofo Jean-Jaques Rousseau atribuyo a al desarrollo de la civilización la desigualdad, la explotación, la rivalidad entre humanos y casi todos los males de nuestra condición. Todos los hombres nacen libres y viven encadenados, dijo Rousseau, pues vivimos encadenados por las instituciones y perjurios sociales que nos rodean.

Las sociedades humanas inventan cosas, pero nunca desinventan nada. Cuando algo de lo que ya esta inventado no nos gusta lo sustituimos por otra cosa mejor, pues para curarnos de lo que ya hemos inventado seguimos inventando mas y mejor.

Rousseau atribuye la raíz de nuestros peores problemas a la propiedad, la cual fomenta la desigualdad y las envidias, pero por el contrario permite la autonomía de cada individuo. La vida en las ciudades hace que el hombre deje sus tierras conozca a nuevos hombres y otras culturas y otra forma de ganarse la vida. El dinero crea otras jerarquías, y de más importancia al ahorra que a la nobleza.

El trabajo esclaviza al hombre, trabajamos para mejorar, para superarnos. Con la llegada de la industria los empresarios son la capa dirigentes y empieza el capitalismo que no mira por el bien de sus trabajadores sino por aumentar su producción y abaratar el coste y así ganar más dinero el empresario. Los abusos a los trabajadores, las malas condiciones de trabajo, la explotación de los niños y otros factores llevan a los hombres a movilizarse y organizarse en sindicatos.

Con el paso de los años Karl Marx revolucionaría, levantando en pié de guerra, al proletariado que abolió la propiedad capitalista e instauró una economía comunista, que se instauró en varios países como Rusia, China o Cuba. El estado creció hasta convertirse en un súper empresario capitalista. Esto no llevó más que a la tiranía. Antes el trabajador podía ser despedido por un empresario, pero podía encontrar empleo en la competencia. Estaba claro que el comunismo no funcionaba.

Siguiendo con la economía y el desarrollo, la naturaleza es la más grande fuente de trabajo y desarrollo. Lo que no se entiende es que si esta genera trabajo ¿Por qué la destruimos?, ¿Acaso somos así de idiotas? Los ecologistas nos dicen que hay preocuparse del medio ambiente, que no se puede vivir sin la naturaleza. Los ecólatras basan su amor a la naturaleza en el odio a todo aquello que representa a la tradición humanística moderna, ya que el hombre no es especial, es un animal más dentro de la naturaleza.

            Los hombres han tratado de tener un medio artificial mediante la cultura y las civilizaciones. Los países desarrollados, son los que más han destruido el medio ambiente, y los que muestran más preocupación por el.

Entonces vale la pena salvar la naturaleza, ya que, según lo que se ha visto, si se destruye la naturaleza nos destruimos nosotros, porque en pocas palabras nosotros somos naturaleza. Ahora que se afirma que nosotros somos naturaleza se puede resaltar aun más la destrucción de la misma, se ven guerras, masacres, degollados y todo ¿por qué?, por el vicio más grande de todo el mundo, “el dinero”.

            En conclusión esta capitulo nos dice que el hombre es rico respecto a todos los animales, sin embargo respecto a su misma especie hay unos más ricos que otros, lo que genera las desigualdades entre unos hombres y otros, y reafirmando que el origen de esta desigualdad no es la política, sino la economía.




viernes, 8 de octubre de 2010

La Gran Invención Griega

Toma principalmente el tema de la democracia en el cual esta consiste en  que el pueblo quiere opinar sobre las decisiones que se tomen.

Hablaremos desde un comienzo…

Los líderes antiguos se consideraban iguales, decidían y discutían entre iguales.

No hay evidencia en que los humanos son iguales, lo evidente es que los hombres son diferentes entre sí.

Los humanos se hicieron desiguales, no por lo que eran, sino por lo que tenían, y estas desigualdades se hicieron hereditarias

Antiguamente las jerarquías sociales se justificaban por mitos y evidencias religiosas.

En otros casos existían grupos sociales pequeños, estos consideraban que la naturaleza justificaba la jerarquía política.

En sociedades mayores basaron en la teología justificando la existencia de Castas.

Los griegos poco a poco se dieron cuenta de que todos hablaban y pensaban sobre lo que querían y convenía, de inventar o rechazar algo según su razón.

Sófocles dijo: ¨ De todas las cosas dignas de admiración que hay en el mundo, ninguna es tan admirable como el hombre ¨.
Es por eso que estos inventaron la polis (comunidad ciudadana que gobernaba la libertad de los humanos), gracias a esto fue el invento mas revolucionario. La democracia griega estaba sometida a que ¨ Las mismas leyes regían para todos por igual ¨ siempre y cuando fueran atenienses, y la ley tenia que ser obedecida por todos.
           
En otros reinos, el poder a veces era absoluto como en el caso de los reyes o faraones, pero a diferencia de la sociedad griega estaban sometidos a una democracia en el cual demostraban que todos eran exactamente iguales y todos tenían  los mismos derechos.

Las habilidades y meritos eran y meritos eran considerados un asunto público, y es por eso que nació el deporte y el teatro en donde cada persona mostraba sus habilidades y meritos.

A ver Quien Manda Aquí

          ¿Porqué los miembros de cada sociedad, que son muchos, obedecen a uno?  Esto es porque desde el principio de los tiempos el hombre ha tenido la necesidad de que lo manden otros hombres, ya que hay líderes que mejoran nuestra calidad de vida. Las sociedades consisten en una serie de promesas y tiene que haber alguien con autoridad suficiente para garantizar que estas promesas se cumplan.

          Thomas Hobbes, filósofo  inglés del siglo XVII opinaba que los hombres elegían a jefes por miedo a sí mismos, porque decía que a donde llegarían sus vidas si no designaban alguien que las mandara. Decía ¡más vale temer a uno que a todos! sobre todo si ese uno se rige por normas claras.

          Sin embargo, a ningún hombre le gusta obedecer a otro hombre, por lo tanto, prefiere considerarle un poco más que hombre y así le obedece más a gusto. El jefe tenía que ser algo que los demás no eran, por ejemplo un dios.

          Las primeras formas de autoridad social fueron los padres, ya que sus hijos dependen de ellos para subsistir. Estos le tienen obediencia ya que los padres  tienen más fuerza física y sabiduría, a base de experiencia;  esta experiencia nos da las primeras lecciones sobre cómo evitar peligros y como conseguir bienes necesarios.

          Los ancianos tienen suma importancia en este tema ya que ellos representaban el tesoro de la memoria en épocas en las que aún no había escritura. La invención de la escritura dio a los conocimientos un soporte más seguro que la memoria individual.

          ¿Qué criterios hay que seguir para designar a los que van a mandar? En el pasado, en las tribus primitivas, los criterios eran muy simples, ya que era el más fuerte, el más valiente. Pero en estos tiempos nos hicimos más numerosos y el tema político se hizo más complejo. Los candidatos a la jefatura fueron más numerosos y las peleas por el poder amenazaban con destruir la armonía. En conclusión, los problemas que tenía que resolver el jefe ya no eran sólo la caza y la guerra sino que tomar decisiones complicadas.

          Hablando de leyes o normas, éstas regían los diversos aspectos que se apoyaban en la tradición, la leyenda o el mito, es decir se basaba en lo que siempre se había hecho, lo que estaba en la memoria del grupo cuyos sabios eran los ancianos, tal como habíamos mencionado.

          Los sacerdotes se convirtieron en personajes importantes sobre este tema ya que estos eran especialistas en el pasado y los portavoces de los dioses. El que quería ser jefe tenía que llevarse bien con ellos y buscar su apoyo.

          En fin, no hay nadie que mande eternamente, pues el hombre esta cambiando constantemente el tipo de liderazgo como lo hace sus intereses.

Obedientes y Rebeldes


          En una sociedad en la que cada quien pudiera hacer lo que quisiera, seria un verdadero caos, por lo que se habla de que se necesitan conflictos para tener progreso, pero no se pueden llevar a tanto.

          Los seres humanos transforman e inventan las distintas sociedades, hacen distintos experimentos organizativos nunca antes intentados. No se limitan a hacer los gestos de los demás y a obedecer las normas de grupo impuestas. Llegado el caso los seres humanos se rebelan, se sublevan contra una sociedad. Pero no se rebelan contra la sociedad, sino contra una sociedad determinada, igual que no se desobedece a alguien porque no se quiere obedecer a nadie. Se requieren unas razones. Según siempre ha habido cambios en las sociedades para tratar de mejorarlas. Siempre hay razones para obedecer y razones para desobedecer y sublevarse, porque la política no es más que el conjunto de razones para obedecer y de las razones para sublevarse. Los anarquistas piensan que es mejor que nadie mandase. Todo el mundo debería actuar de acuerdo a su propia conciencia, sin reconocer ningún tipo de autoridad, ya que son estas las que producen los conflictos que estallan en las diferentes sociedades. Los hombres tienen una tendencia espontánea a la cooperación, a la solidaridad y al apoyo mutuo, pero este se ve afectado por las jerarquías sociales, las que producen los enfrentamientos y enloquecen a los individuos. Es por esto que los anarquistas piensan en que, para que los individuos de una sociedad estén bien, nadie debería mandar, porque así cada cual se portaría obediente, obedeciendo a la bondad de la naturaleza humana.

          Una sociedad sin política seria una sociedad sin conflictos, según los anarquistas. El conflicto es el choque de intereses entre los individuos, porque todos desean ser muy parecidos, y es algo inseparable de la vida en compañía de otros, y mientras más seamos, más conflictos pueden llegar a plantearse, y eso es a causa de que somos muy sociables.

          Sin embargo, el conflicto entre intereses, cualquier conflicto o enfrentamiento, no es malo siempre. Los conflictos también son buenos y beneficiosos para la sociedad porque así surge la posibilidad de seguir inventando y poder progresar, dejando de lado el estancamiento. La única forma de asegurar que cada cual tiene personalidad propia, es que de vez en cuando nos enfrentemos y compitamos unos con otros, demostrando así que no todos somos iguales. De modo que en la sociedad, tienen que darse conflictos unos con otros porque en ella viven individuos diversos, con sus propias iniciativas y convicciones. A fin de cuentas, tenemos conflictos porque los demás nos preocupan, nos preocupa nuestra relación con ellos, los valores que compartimos, la opinión que tiene de nosotros, lo que nos dan y no que nos quitan.

          Por lo tanto, no es la política la que provoca los conflictos malos o buenos, ya que estos nos acompañan necesariamente en la vida en sociedad, por lo que, la política se ocupa de atajar ciertos conflictos, impidiendo que crezcan hasta destruir el grupo social.

viernes, 24 de septiembre de 2010

Henos Aquí Reunidos

         El ser humano y la sociedad en que nosotros estamos acostumbrados a vivir, está regida por leyes que han sido impuestas por nosotros mismos, ya que responden a nuestros propósitos humanos. Esta sociedad está pensada por nosotros y para nosotros, y por eso comprendemos sus razones de organización y de esta forma las utilizamos, y a la vez en ella somos productos, productores y cómplices, "La sociedad nos sirve, pero también hay que servirla".

      Los humanos estamos dotados de instintos y capacidad racional. La razón es la capacidad de establecer convenciones, acuerdos o tratos, que corresponden a leyes que no son  impuestas, es decir, aquellas que aceptamos voluntariamente, por instinto racional.

       Las leyes que imponemos no son solamente instintivas y racionales, sino que también mezcla estímulos. Como las convenciones vienen en parte del instinto, su objetivo es la supervivencia como el de todos los instintos. Pero como los instintos, también son instintivamente racionales, responden al deseo de vivir mas y mejor.

         El hombre se diferencia de el animal porque cada uno de nosotros tenemos siempre la idea de que vamos a morir, en comparación con el animal que solo muere. Tenemos la experiencia y la memoria en donde el morir se convierte en un símbolo decisivo de nuestro destino. 

       Las sociedades funcionan como máquinas de inmortalidad que utilizamos para combatir la amenaza de la muerte. El grupo social se presenta como lo que no puede morir, a diferencia de los individuos, y sus instituciones que sirven para contrarrestar lo que cada cual teme de la muerte.